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Cuando mencionamos Japón, nuestra mente se llena de imágenes de costumbres tradicionales, filosofía y espiritualidad. Uno de los objetos más simbólicos que captan la estética y la espiritualidad japonesas es el Daruma . Este pequeño objeto en forma de almendra encierra una larga e interesante historia asociada a la determinación, la consecución de objetivos y el empoderamiento.
Los Daruma son pequeñas figuras de papel y arcilla tradicionales, normalmente de color rojo y con una fisonomía distintiva e intensa, con un ojo sin pintar. El aspecto del Daruma se basa en el histórico filósofo indio Bodhidharma, considerado el padre del budismo zen y el fundador del Kung Fu Shaolin. Sin embargo, el Daruma ha evolucionado hasta convertirse en un símbolo distinto con su propia espiritualidad y significado.
Daruma es un símbolo de determinación y esfuerzo constante para alcanzar nuestras metas. Cuando alguien decide fijarse una meta, dibuja un ojo de Daruma. Las metas pueden ser cualquier cosa, desde aprender un nuevo idioma hasta lograr un reto difícil en el trabajo o en la vida personal. A medida que avanza el esfuerzo, Daruma se convierte en un recordatorio constante de que no debemos abandonar nuestras metas y de que debemos seguir esforzándonos por alcanzarlas.
Una tradición especial asociada a Daruma es la "ceremonia de Daruma". Al comienzo del nuevo año, muchos japoneses compran un nuevo Daruma y le hacen "despertar" para que emprenda el viaje hacia la consecución de su objetivo. Al final del año, independientemente de que el objetivo se haya alcanzado o no, la gente se reúne en una ceremonia en la que queman el Daruma simbólicamente como reconocimiento al esfuerzo y a la aceptación de la adversidad durante su viaje.
Además de la determinación y los logros, Daruma también simboliza la resistencia y la capacidad de recuperación. Su característica es que siempre vuelve a la posición vertical cuando la derribas, lo que la convierte en un símbolo de retorno y recuperación tras contratiempos y trastornos.
En resumen, Daruma representa el poder de la fuerza de voluntad y la determinación, ofreciéndonos a cada uno de nosotros la posibilidad de apoyar nuestras ambiciones y sueños. A través de Daruma, aprendemos a perseverar, adaptarnos y seguir intentándolo, independientemente de los retos a los que nos enfrentemos. Acojamos a Daruma en nuestras vidas y movilicemos el espíritu de determinación y éxito, permitiéndole que nos recuerde que todo sueño puede hacerse realidad con dedicación y determinación.