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Furoshiki en color azul marino, con flores de tamaño natural. Un tejido de algodón de primera calidad y un forro interior de lujosa viscosa, hacen de esta bolsa una pequeña obra de arte que lleva el nombre de la famosa geisha Mineko Iwasaki.
Sus dimensiones son 20 cm x 20 cm.
46,00 €
Disponible para reserva
La bolsa japonesa, también conocida como "furoshiki"en japonés, (En sentido estricto, hay que señalar que la bolsa en su forma actual es la evolución de un trozo cuadrado de tela, que utilizaban principalmente los japoneses, coreanos y chinos, para envolver diversas mercancías y poder transportarlas con seguridad). es uno de los accesorios más interesantes y multifuncionales de la cultura tradicional japonesa. Aunque los principios del furoshiki se remontan a siglos atrás, su moderna revalorización como objeto práctico y expresión artística demuestra cómo la tradición puede coexistir armoniosamente con la innovación.
El furoshiki comenzó siendo una bolsa tejida tradicional utilizada para envolver los artículos de baño. Los japoneses metían sus objetos personales en un furoshiki y los llevaban consigo a los baños, manteniéndolos limpios y ordenados. A lo largo de los siglos, esta tradición evolucionó hacia diversos usos, desde envolver regalos hasta transportar alimentos.
Sin embargo, el furoshiki no se limitó a su uso tradicional. Durante el siglo XX, a pesar del uso generalizado de envases de plástico, algunos japoneses mantuvieron su interés por el furoshiki y lo revivieron como una opción moderna y respetuosa con el medio ambiente. Esto se acentuó especialmente a partir de la década de 2000, cuando aumentó la concienciación sobre el impacto medioambiental de los plásticos. El furoshiki era una alternativa viable para empaquetar mercancías y transportarlas.
La innovación no se detiene ahí. Artistas y diseñadores han aprovechado el furoshiki como elemento central de la creación. Se han creado nuevos diseños, materiales y usos, transformando el furoshiki de un simple tejido en una rica fuente de expresión y creatividad. Cada bolsa se convierte en una obra de arte, un medio para transmitir nuestra estética y personalidad en un objeto que encontramos a diario.
La historia de la bolsa japonesa refleja el modo en que la tradición puede evolucionar y adaptarse a las necesidades de los tiempos modernos. De simple medio para transportar toallas, el furoshiki se ha convertido en símbolo de sostenibilidad, estética y creatividad.
En MOMO KIDOHO, respetando esta tradición, utilizamos telas japonesas y cosemos cada bolsa como una pequeña pieza única de arte polivalente.